Se armó el sancocho: Frisby Colombia vs. Frisby España por uso de marca
Una empresa española asegura tener los derechos legales de la marca Frisby desde 2004. ¿Quién tiene la razón en este caótico caso?

Una empresa española asegura tener los derechos legales de la marca Frisby desde 2004. ¿Quién tiene la razón en este caótico caso?
Una inesperada disputa por el uso de una de las marcas más reconocidas del país ha encendido las alarmas en el mundo empresarial. Frisby S.A. BIC, la tradicional cadena de pollo frito nacida en Pereira, ha salido a advertir que no tiene relación alguna con una supuesta expansión de su marca en Europa, más exactamente en España.
¿El motivo? Una empresa llamada Frisby España S.L. ya está usando su nombre, imagen, logotipo y hasta al famoso ‘Pollo Frisby’ en redes sociales y en una página web que anuncia la apertura de restaurantes y franquicias en el continente.
Desde Colombia, la compañía aclaró que esta situación no hace parte de ninguna campaña de marketing ni de planes de internacionalización, sino de un asunto jurídico que ya está en manos de las autoridades.
“Estamos tomando las medidas necesarias para defender nuestra marca y advertimos a los consumidores que cualquier oferta de inversión o concurso que no provenga de nuestros canales oficiales, es falsa”, indicaron voceros de la empresa.
En España, sin embargo, la historia es otra. Frisby España S.L., con sede en Bilbao, asegura que actúa bajo la legalidad y que posee desde 2004 el registro de la marca “Frisby” ante la Oficina de Propiedad Intelectual de la Unión Europea (EUIPO). De acuerdo con su versión, ese respaldo legal les da vía libre para abrir restaurantes y desarrollar franquicias sin necesidad de autorización de la casa matriz colombiana.
El caso pone sobre la mesa una discusión que no es nueva, pero que sigue pasando factura: muchas marcas latinoamericanas no protegen su propiedad intelectual en el extranjero, y eso las deja vulnerables a que terceros registren sus nombres de forma completamente legal en otros países.
Aunque los expertos explican que este tipo de maniobras no siempre son de mala fe, sí pueden escalar en conflictos legales complejos si hay evidencia de intención de aprovecharse del prestigio ajeno.
Por ahora, la controversia está en proceso de análisis legal. Mientras Frisby Colombia estudia las acciones jurídicas que tomará, la empresa española sigue adelante con sus planes de expansión y no descarta contrademandas por afectaciones a su reputación.
El resultado podría marcar un precedente clave sobre cómo las marcas colombianas deben blindarse internacionalmente para evitar perder el control de su identidad más allá de nuestras fronteras.