Muerte de Juliana Giraldo renueva el inconformismo contra la Fuerza Pública en Colombia
El asesinato de Giraldo, a manos de un uniformado del Ejército nacional, renovó el fuego de las protestas en Colombia.

El asesinato de Giraldo, a manos de un uniformado del Ejército nacional, renovó el fuego de las protestas en Colombia.
La muerte de Juliana Giraldo a manos de un uniformado del Ejército nacional durante un retén en el municipio de Miranda, en el departamento del Cauca, tensó más la relación del Gobierno y la sociedad en momentos en que el ministro de Defensa, Carlos Holmes Trujillo, está en el ojo del huracán por los abusos policiales y por su respuesta a una orden judicial sobre excesos de la fuerza pública.
De acuerdo con versiones de testigos presentes al momento del deceso y de algunas grabaciones que se hicieron en el lugar, Giraldo, una mujer trans de 38 años, recibió un disparo en la cabeza cuando viajaba en un vehículo junto con su marido y otras dos personas en cercanía de Miranda.
"El Ejército me acaba de matar a mi mujer", gritaba Francisco Larrañaga, tal y como lo evidencia los videos del hecho.
Por su parte, el Comando Específico del Cauca del Ejército reconoció la muerte de la mujer, asegurando que esta se dio cuando soldados del Batallón de Alta Montaña Número 8, José María Vezga, realizaban "labores de control militar de área, una mujer resultó muerta a causa de un disparo por parte de un integrante de la Fuerza".
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Nuevas protestas
Tal y como ocurrió con la muerte de Javier Ordoñez, el pasado 9 de septiembre, tras un polémico operativo policial, el asesinato de Giraldo derivó en un rechazo colectivo entre los colombianos. Por esto, en la noche del 24 de septiembre, fueron varios grupos los que salieron a las calles en pro de mostrar su indignación por la muerte de esta mujer y de los recientes casos de abusos por parte de la Fuerza Pública en el país.
"Juliana Giraldo Díaz no murió, a Juliana la mataron. La asesinaron a sangre fría y en estado de indefensión", dijo la Red Comunitaria Trans, una organización defensora de derechos humanos que exigió justicia por su asesinato.
"Más leña al fuego"
Ahora bien, en medio de la crisis, el ministro de Defensa, Carlos Holmes Trujillo, siguió alimentando el reciente odio generado hacia las autoridades en Colombia con la respuesta que dio a la decisión de la Corte Suprema de Justicia, que el pasado 22 de septiembre le ordenó pedir perdón por la reciente violencia policial en Colombia.
Dos horas antes de que se cumpliera el plazo de 48 horas estipulado por la Corte Suprema, Trujillo salió a decir que no iba a pedir perdón, pues era un acto que ya había realizado el pasado 11 de septiembre, cuando dio excusas por "cualquier violación a la ley" cometida por la Policía nacional.
"El 11 de septiembre de 2020, el ministro de Defensa, en un acto espontáneo, sincero, transparente y respetuoso, ampliamente difundido, señaló que 'la Policía Nacional pide perdón por cualquier violación a la ley o desconocimiento de los reglamentos en que haya incurrido cualquiera de los miembros de la institución'", declaró en una rueda de prensa.