Por: Juan Carlos García Sierra • Colombia.com

Villa 31, el barrio de Buenos Aires que cada vez se puebla con más migrantes colombianos

Argentina es un lugar con gran número de migrantes colombianos, muchos de los cuales viven en Villa 31, un lugar humilde y estrecho en medio de selectos lugares de Buenos Aires.
 

Villa 31 es un barrio popular e irregular creado por migrantes suramericanos en Buenos Aires. Foto: Youtube
Villa 31 es un barrio popular e irregular creado por migrantes suramericanos en Buenos Aires. Foto: Youtube

Argentina es un lugar con gran número de migrantes colombianos, muchos de los cuales viven en Villa 31, un lugar humilde y estrecho en medio de selectos lugares de Buenos Aires.
 

A los colombianos lo argentino siempre nos ha gustado, pues no solo es el fútbol o el asado, el colombiano y el argentino parecen tener una sintonía especial y muchos compatriotas dejaron el sueño americano a un lado y dieron vuelta para ir por el austral, pero aquellos que con pocos billetes llegaron al Gran Buenos Aires han debido asentarse en un lugar humilde y estigmatizado.

En medio de los lugares más emblemáticos y turísticos de Buenos Aires, capital de la República Argentina, el obelisco, Puerto Madero y el puente de la mujer, se encuentra un lugar con una atmósfera popular en el que la mayoría de sus residentes provienen de diferentes lugares de Suramérica, su nombre: Villa 31, un lugar que tiene mayor reconocimiento por su condición multicultural.

El lugar cuenta con casa construidas de manera irregular, tiene calles estrechas y cada construcción está dividida en habitaciones que son alquiladas por migrantes, que en los últimos años han llegado especialmente desde Colombia, Ecuador y Venezuela, quienes se han mezclado con los tradicionales migrantes de Perú, Bolivia y Paraguay.

Villa 31 es un barrio de invasión, algo que Argentina se conoce como de ‘emergencia’ e infortunadamente tiene problemas de inseguridad y tráfico de drogas, pero comparte con el campeón mundial de Fútbol la misma pasión del continente y cuenta con varias canchas de este deporte.

En las estrechas calles de este barrio se ven los ladrillos y el cemento seco con el que se pegan casi como una marca registrada de un barrio humilde, allí suena música de todas las nacionalidades, pero la cumbia parece ser el común denominador.

El contraste entre la villa 31 y el ‘resto’ de ciudad que se encuentra unos metros más adelante es abismal, porque las construcciones poco convencionales y el ambiente atiborrado y comprimido del barrio de migrantes, marcan una dura realidad que divide lo humilde de lo selecto, este último aspecto es la característica de los edificios y restaurantes dedicados a los turistas.

Es normal encontrar en Villa 31 un mar de camisetas de equipos de fútbol colombiano, una forma de identificación, así como las amarillas del seleccionado de fútbol nacional y otras de varias nacionalidades suramericanas.

Las casas de la Villa 31 se han hecho de manera rudimentaria, desordenadas y sin planos, logradas 'con lo que se puede' y tienen el aspecto de otros barrios pobres del Gran Buenos Aires, una ciudad y un país que hasta finales del siglo pasado entendieron que también son latinoamericanos y sus problemas son casi los mismos que los que componen un extenso territorio llamado Latinoamérica.