Chicó vs. Medellín: Era el de la victoria poderosa, pero Rogerio Caicedo dio un 'No' rotundo

El estadio la Independencia, de la ciudad de Tunja, recibió este miércoles a Independiente Medellín y a Boyacá Chicó, por la tercera jornada de los cuadrangulares, correspondientes al grupo B, donde ambos equipos, teniendo en cuenta que ya la liguilla está llegando al ecuador, buscaban 3 puntos que les permitiera seguir buscando el preciado cupo a la final, que pelean además Millonarios y América, rivales en el segundo turno de esta misma jornada.

Así pues, con un estadio colmado por los hinchas locales, ajedrezados y poderosos saltaron a la cancha, con la idea de sumar 3 puntos y seguir peleando por la final. Un empate no les servía a ninguno y la derrota, para cualquiera de los dos, complicaría las cuentas de cara a la clasificación al partido definitivo. Eso se notó en el campo y el partido dejó ver a dos equipos que buscaron el arco rival desde el principio.

Sin embargo, con el correr de los minutos fue el Deportivo Independiente Medellín el que se fue adueñando del balón y las opciones. En estos primeros 45 minutos los dos Andrés, Ibargüen y Ricaurte, resaltaron como las figuras de un visitante que, aunque lo intentaba, no era capaz de vulnerar la portería local.

De esta forma, el partido cerró el primer capítulo con empate a cero aunque con un Medellín que parecía montado en el partido dando a pensar que, en cualquier momento, podría llegar el gol poderoso que dejaría atrás al cuadro boyacense, en una jornada que resultaría crucial para el cuadrangular B de la Liga BetPlay.

Sin embargo, la película para el segundo tiempo cambió de director y ahora el protagonista parecía ser el equipo local, que manejaba el balón y cada vez se acercaba más a la portería visitante. El asedio del equipo ajedrezado era constante y agobiante, mostrando a un Medellín que no encontraba escape y mucho menos la oportunidad de irse arriba.

En medio de este ambiente, justo sobre el cierre del partido, el equipo que nació en Bogotá pero que se trasladó a Boyacá en el lejano 2005, encontraría su premio: Un gol firmado por Wilmar Cruz y que llegó tras la asistencia de Geimer Balanta, que resultaba mortal para el equipo paisa, pues ya se quedaba sin tiempo para responder el golpe.

El triunfo del equipo de Boyacá, a falta del encuentro entre América y Millonarios, ponía el grupo con 3 equipos empatados en 4 puntos y dejaba al Poderoso en el último lugar, con apenas una unidad. El partido a segunda hora en la ciudad de Cali resultaría fundamental para conocer el orden de este grupo, que ya llegaba a la mitad de su curso.