Con sushi, langostinos y raviolis con cacao, Ecuador dice "buen provecho"

Un sabroso sushi achocolatado, langostinos con pequeños trozos de cacao o unos raviolis de chocolate son sólo una pequeña muestra de la nueva oferta gastronómica con la que Ecuador quiere invitar al mundo a decir: "Buen provecho".

El chef ecuatoriano Carlos Gallardo de la Puente. Foto: EFE
El chef ecuatoriano Carlos Gallardo de la Puente. Foto: EFE

Un sabroso sushi achocolatado, langostinos con pequeños trozos de cacao o unos raviolis de chocolate son sólo una pequeña muestra de la nueva oferta gastronómica con la que Ecuador quiere invitar al mundo a decir: "Buen provecho".

Esta fusión de sabores, colores y texturas, cuyo ingrediente fundamental es el cacao fino de aroma -que se produce en la costa y Amazonía ecuatoriana- forma parte de la campaña "Ecuador origen del mejor chocolate", que impulsa el Gobierno de este país andino.

En este contexto, afamados chefs se congregaron en una feria de degustación de nuevos platos de la cocina nacional e internacional, cuya característica principal es la incorporación del cacao en su preparación.

Y es que el chocolate, la bebida de los dioses para las civilizaciones antiguas de América Latina, ha dejado de ser sólo un postre para integrarse a la alta cocina mundial. El chef ecuatoriano Carlos Gallardo de la Puente fue uno de los expertos que participó en la feria efectuada en la escuela de gastronomía de la Universidad de las Américas, en Quito.

Uno de los platos que Gallardo de la Puente presentó fue el de raviolis elaborados con chocolate, sobre una salsa de maracuyá (fruto de la pasionaria), una reducción de mortiño (una especie de arándano) y cacao amargo, quinua caramelizada y rosas comestibles.

Según los expertos, la fusión del plato italiano con los demás ingredientes supone una "explosión de sabores" en el que el chocolate provoca una sensación de exquisitez.

Otra de las preparaciones se elaboró con langostinos a la sartén con hojuelas de chocolate, luego flameados con licor y cocidos en su propia salsa, acompañados de una fritura de maíz y adornados con pequeños pétalos de orquídeas.

Uno de los platos que más atrajo la atención fue una innovación de sushi relleno con un cocido de carne de cabra (que en Ecuador se llama "seco de chivo"), estofada con salsa de chocolate, con retazos de aguacate y plátano frito.

Estas tres presentaciones, dijo Gallardo de la Puente a Efe, han sido representaciones de platos famosos de Italia, Francia y Japón, elaborados con base en el cacao fino de aroma que se produce en el país y que es muy apetecido por la industria chocolatera mundial.

Para el chef, este tipo de preparaciones ofrece un "valor añadido" a la cocina internacional y también pude convertirse en un ingrediente de innovación y desarrollo gastronómico, ya que, según dijo, se pueden hacer "cosas diferentes con el cacao".

Y es que el especialista ecuatoriano considera que su país puede ofrecer, además del chocolate, una serie de productos "estrella", como el café, el camarón, el atún, la quinua, las patatas y el maíz, entre muchos otros, que puedan aportar a la innovación culinaria en cualquier lugar del mundo.

No obstante, el chocolate ecuatoriano ya ha captado el interés foráneo y es por ello que el chef alemán Kevin Kugel, ganador del premio German Chocolate Master en 2013, apoya la campaña de promoción del cacao fino de aroma que realiza el país suramericano.

Kugel también participó en la feria de degustación y elaboró pequeños chocolatines dulces con finas decoraciones hechas con cacao fino de aroma fundido y enfriado al instante en una plancha de mármol congelada.

La demanda mundial de cacao fino, usado por la industria del chocolate, alcanza las 200.000 toneladas al año y Ecuador copa el 65 por ciento de ese mercado.

Ecuador, que es el quinto productor mundial de cacao, exporta su variedad fina de aroma, principalmente, a industrias chocolateras de Suiza, Alemania y Estados Unidos.

Sin embargo, el Gobierno se encuentra empeñado en impulsar la industria chocolatera nacional para competir con las grandes cadenas del exterior y, sobre todo, aprovechar la variedad de cacao fino de aroma que se produce en casa. EFE