Vinos: "No todo es tinto en Argentina"

En materia de vinos blancos, Argentina no suele destacarse tanto como lo hace con los ejemplares tintos. Esto no significa que sean de menor calidad, sino que simplemente, tenemos terrenos, climas y aptitudes ideales para uvas tintas.

Colombia.com - Gastronomía
Colombia.com - Gastronomía

En materia de vinos blancos, Argentina no suele destacarse tanto como lo hace con los ejemplares tintos. Esto no significa que sean de menor calidad, sino que simplemente, tenemos terrenos, climas y aptitudes ideales para uvas tintas.

Sin embargo, desde hace ya muchos años algunas bodegas vienen pisando fuerte con sus vinos blancos, yendo por caminos tradicionales y también optando por variantes fuera de lo común, como pueden ser cofermentaciones, fermentaciones en huevos de concreto, en barricas, en toneles, plantando vides en terrenos desconocidos, entre otros.

La idea de esta selección es darle un espacio diferencial a una selección de blancos de Argentina, pasando desde el tradicional Torrontés hasta el poco conocido Fiano, y no sólo contar notas de cata, sino también aprender un poco de cada uva y de lo que se viene en Argentina. 

1) Espumante Doña Paula Sauvage Blanc – 100% Sauvignon Blanc – Marcos Fernández: Es el único espumante con método charmat a la fecha que está elaborado íntegramente con Sauvignon Blanc, con uvas de la bodega provenientes de sus fincas en Tupungato, Valle de Uco. 

Tiene una dosificación de azúcar que lo califica dentro de la categoría BRUT NATURE (menos de 7 gr de azúcar por litro, el más seco de todos). Ideal para aperitivo, se eligió con ese propósito y fue el que abrió el juego de la noche. Una acidez punzante pero muy bien manejada, con aromas sobresalientes a frutas cítricas, donde destacó mucho el pomelo, hasta la misma cáscara de pomelo con un final muy bien logrado. 

Sorprendió pero para bien, siendo que no somos un país muy consumidor de espumoso (aunque va aumentando gracias al trabajo de bodegas como Doña Paula: estamos en un consumo promedio 1 litro por persona por año) sería una alternativa muy interesante para elegir y que todos los invitados se repitan más de una vez.

2) Inéditos - Semillón Hulk – Passionate Wine – Matías Michelini - 2013: Antes que nada, les comentamos que el 13’ fue el último año que este vino llevó ese nombre, ya que desde su edición 2014 pasó a llamarse “Vía Revolucionaria Semillón Hulk”. 
Aclarado esto, proseguimos contando un poquito sobre este extenso proyecto del reconocido enólogo Matías Michelini, donde elegimos probar esta cepa un poco “olvidada” pero muy interesante. En nuestro caso, admito que el error fue nuestro ya que adquirimos una botella 13’ y al ser un vino sin paso por roble, siempre se recomienda tratar de conseguir la añada más nueva.

Debido a esto, se veían notas claras de evolución, tanto en color como en boca, aunque no lo destaco como defecto sino como parte del bouquet final. Muy interesante en nariz, llenaba de aromas livianos que recordaban a frutas y flores blancas pero sutiles (durazno, damasco, jazmín…). El final fue un poco más corto de lo que esperaba, pero en general cumplió. 

Te puede interesar: ¿Cómo preparar vino caliente?.

3) Cristóbal 1492 – Verdelho – Bodega Don Cristobal – 2014: Vino elegido más por su varietal (de origen europeo, ampliamente utilizado en Portugal y España) poco común que por la bodega en sí. Resultó ser un vino bastante fácil de beber, un final corto y olvidable. Aromas a jazmin blanco, con un dejo muy lejano de tropicalidad, bastante suave en general. 

4) Jijiji – Chenin Blanc – Gen del Alma – Gerardo Michelini y Andrea Mufatto – 2015: Un vino con el cual varios teníamos muchas expectativas. 

Vino turbio en apariencia, ya que Gerardo, fiel al estilo Michelini, estila hacer vinos sin filtrar, lo cual creo que es una gran ventaja: evitar químicos lo más posible. En boca resultó ser un vino sorprendentemente ácido, demasiado cítrico hasta el punto que te seque la boca como cuando uno muerde limón fresco. 

En mis notas apunté que llegué a sentirle un toque picante de lo cítrico que abundaba, con un final corto para lo que esperaba. Es un vino que creo que va a necesitar mucha botella, la base está y va a resistir bien el paso del tiempo, pero al contrario del caso anterior, este vino era demasiado joven. 

5) Caelum Reserva – Fiano – Bodega Caelum – Giuseppe Franceschini – 2013: Personalmente, se ha convertido en un “must” en cuanto a blancos atípicos. El vino, hecho con esta uva de nombre tan peculiar (de origen italiano, al igual que su enólogo) y hasta extraño para muchos, se fermenta en barricas, lo que le otorga una untuosidad y volumen en boca que lo hace interesante y súper bebible, pero con un cuerpo imponente y que no se deja opacar fácilmente. 

Siempre destaco la frutalidad que sigue manteniendo, fruta verde en su mayoría, con toques de tostado pero leve y de miel (ambos indicios del aporte del roble) y hasta un dejo floral; es bastante potente en nariz sin cansar. En boca sigue manteniendo esa untuosidad que le da la madera, redondo, con un final medio y toques a almendras o hasta amarettos. Es ese tipo de vino donde coincide lo que uno siente en nariz con lo que percibe en boca (algo no tan común de encontrar como esperamos usualmente!). Una excelente RPC y un vino y bodega digno de probar y recomendar! Está de más decir que entró en el podio final.

Te puede interesar: Diez términos que debes conocer sobre el vino. 

6) Aldebarán – Torrontés – Bodega Cavas La Capilla – Alfredo Draque – 2012: Un vino que ya había probado en otras ocasiones, pero esta vez falló: tenía bastante gas, incluso teniendo en cuenta que sea a propósito, cansaba un poco en la segunda copa. Color bastante evolucionado que coincidía con lo que se sentía en boca; aquí de nuevo el problema es la añada, teniendo en cuenta que tiene más de 3 años de edad, por el tipo de botella (casi transparente el color) nos daba la pauta de que el vino no estaba preparado para una guarda de este tipo. 

En boca se sentían toques de mermeladas y dulces de durazno, algo más amargo como jalea de mandarina o quinotos. Como nos pasó con el Semillón, creo que era un excelente exponente, pero que el tiempo jugó en contra. A tener en cuenta si quieren probar este vino, buscar añadas más recientes.

7) Colomé – Torrontés – Bodega Colomé - Thibaut Delmotte – 2014: Un torrontés al estilo salteño: uvas de los Valles Calchaquíes, en una altura superior a 2000 metros de altura (uno de los viñedos más altos del mundo), que demuestra extremada tipicidad en todos sus aspectos: un 10 en nariz, mucha flor blanca, tropicalidad expresada como ananá, uva moscatel en su máximo nivel. 

En boca fue llenador, con un final un poco más ácido de lo que esperaba pero que ayudaba a que fuera memorable. Vino ideal para maridar, como siempre se lo sugiere, con unas ricas empanadas al horno. 

8) Petite Fleur – Torrontés – Bodega Monteviejo – Marcelo Pelleriti – 2013: Un caso donde una bodega mendocina busca hacer un torrontés 100% típico, por eso utiliza uvas de Salta. Siguiendo el estilo que impone Marcelo en sus vinos, se vinifican racimos enteros en contacto con sus lías permanentemente, lo que ayuda a que desarrolle esa boca tan compleja e interesante que posee. 

Súper redondo en boca, con toques a caramelo y una acidez que ayuda a que se beban más de dos copas tranquilamente. Un poco más apagado en nariz que su vecino anterior, pero con más potencia en boca que denota a que segmento apunta claramente. 

9) Mythic Blanc de Blancs – Chardonnay + Viognier – Bodega Mythic Estate – Bernardo Bossi Bonilla – 2012: El único componente blanco, por ahora, del nuevo proyecto personal del actual enólogo de Bodega Casarena. 

El primer blend de la noche: 60% chardonnay y 40% viognier, fermentado y añejado por 14 meses en barricas. La intención de hacer un vino blanco de alta gama y las expectativas son altamente cumplidas: aunque tiene un toque de dióxido de carbono (lo que se le llama comúnmente “aguja”, que sirve para levantar la sensación de frescura en boca).

Es equilibrado desde el mismo momento en que se abre la botella hasta la última copa, la madera está muy bien amalgamada en nariz, mientras que en boca tiene un buen peso y un interesante final. Vino seductor, “entrador” si se quiere decir en lenguaje argento, frutado y a su vez, toques a mermelada. No se percibe el alcohol que posee (14°). 

10) Lágrima Canela – Chardonnay + Semillón – Bodega Bressia – Walter Bressia – 2009: El gran ganador de la noche, sin lugar a dudas! En un principio y a ciegas, no hubiéramos dicho nunca que se trataba de un vino con más de 6 años súper vigente todavía, lo que nos da a pensar en que todavía tiene gran potencial de guarda. 

Excelente nivel de acidez, sobre todo porque se equilibró perfectamente con los aromas malolácticos como manteca y leche cocida que le dieron untuosidad. A su vez, se le sentían intensos aromas a especias como cardamomo, canela, clavo de olor. Complejidad al 100%. Más que recomendable, vale cada centavo, una inversión por donde se lo mire. 

El podio de Taninos Argentinos es el siguiente:

1. Lágrima Canela 2009 – Bodega Bressia
2. Mythic Blanc de Blancs 2012 – Bodega Mythic Estate
3. Fiano reserva 2013 – Bodega Caelum