Por: Redacción Vida y Estilo • Colombia.com

Oración a Jesucristo para todos los días del año

Pon en manos de Jesucristo todos tus días con esta poderosa oración que te enseñaremos a continuación; estarás protegido y obtendrás las bendiciones que deseas.

Poderosa oración a Jesucristo para obtener bendiciones todos los días. Foto: Shutterstock
Poderosa oración a Jesucristo para obtener bendiciones todos los días. Foto: Shutterstock

Pon en manos de Jesucristo todos tus días con esta poderosa oración que te enseñaremos a continuación; estarás protegido y obtendrás las bendiciones que deseas.

Cada 06 de agosto se celebra la Transfiguración del Señor, recordando el momento en el que Jesús, unas semanas antes de su Pasión y Muerte, subió a orar al monte Tabor, en compañía de los apóstoles Pedro, Juan y Santiago, donde su cuerpo se transfiguró, haciendo que su apariencia cambiara y se volviera gloriosa.

En conmemoración de este evento, dedicamos una especial oración a Jesucristo, la cual no solo es para realizar en dicha fecha especial, pues lo ideal es que la reces todos los días del año; la plegaria fue compartida por el portal ‘Absoluta Religión’ y te la enseñamos a continuación:

Datos sobre la Transfiguración del Señor. Foto: Twitter @ArquidiocesisMx

Oración para todos los días

Oh Señor, haz que mi fe sea pura, sin reservas, que penetre en mi pensamiento, en mi modo de juzgar las cosas divinas y las humanas. Oh Señor, haz que mi fe sea libre; es decir, que cuente con el concurso personal de mi elección, que acepte las renuncias y los riesgos que ella comporta, que manifieste la esencia última de mi personalidad: creo en ti, oh Señor.

Oh Señor, haz que mi fe sea cierta: cierta en la razón exterior de las pruebas y en el testimonio interior del Espíritu Santo, segura de su luz confirmante, de su final pacificador, de su con naturalidad sosegadora.

Oh Señor, haz que mi fe sea fuerte, que no tema la contrariedad de los problemas que llenan la experiencia de nuestra vida; que no le asuste la adversidad de quienes la discuten, la combaten, la rechazan o la niegan; que se fortifique en la prueba íntima de tu verdad, se entrene en el esfuerzo de la crítica, se consolide en la afirmación permanente, capaz de superar las dificultades dialécticas y espirituales en que se consuma nuestra existencia temporal.

Oh Señor, haz que mi fe sea gozosa, que pacifique y alegre mi espíritu y lo disponga a la oración con Dios y a la conversación con los hombres, de tal forma que trascienda en la conversación sagrada o profana la dicha original de su bienaventurada posesión.

Oh Señor, haz que mi fe sea activa, que preste a la caridad las razones de su expansión moral, de manera que sea auténtica amistad contigo y sea tuya en las obras, en los padecimientos, en la espera de la revelación final; que sea una búsqueda continua, un permanente testimonio y una indefectible esperanza.

Oh Señor, haz que mi fe sea humilde, que no pretenda fundarse en la experiencia de mi pensamiento, de mi sentimiento, que se rinda al testimonio del Espíritu Santo y no cuente con otra garantía mejor que la docilidad a la autoridad del magisterio de la santa Iglesia. Amén.