Inquietud en filas militares: Ministro de Defensa autoriza cambios inesperados en la inteligencia del Ejército

En medio de una serie de transformaciones significativas en la estructura de la inteligencia militar, el Ministro de la Defensa, Iván Velásquez, ha autorizado recientes cambios que han generado inquietudes y controversias en el Ejército. En los últimos días, se ha observado una serie de movimientos inesperados, especialmente entre los oficiales de inteligencia, donde varios mayores con hasta dos décadas de experiencia han sido apartados de sus funciones.

Fuentes internas del Ejército han confirmado que estos cambios comenzaron a implementarse a partir del mes de octubre. Algunos oficiales fueron convocados para cursos de ascenso, otros fueron reasignados a diferentes cargos, mientras que aquellos que no fueron considerados para promociones fueron retirados abruptamente de la institución. Un oficial, que prefirió mantenerse en el anonimato, expresó su preocupación al afirmar que "a varios que estaban en inteligencia los trasladaron a batallones, oficiales que habían hecho mucho por la inteligencia, a la inteligencia no hay quien la defienda, nadie que hable por ella, la inteligencia está desamparada".

La inquietud se intensifica al conocerse que el comité encargado de seleccionar a los nuevos oficiales de inteligencia ha optado por militares con escasa experiencia en este campo. Esto ha generado temor entre los miembros de la institución, quienes ven con recelo los cambios drásticos que se están implementando en el seno del Ejército.

Estos movimientos se dan en un contexto en el que recientemente se han revelado casos de presunto mal uso de la inteligencia militar para beneficios personales. Uno de los casos más destacados involucra al comandante del Ejército, el general Luis Ospina, quien supuestamente utilizó los recursos de inteligencia para llevar a cabo labores de vigilancia sobre el profesor de inglés de su esposa, en un aparente caso de celos.

El general Ospina también ha sido señalado de ordenar montajes, como en el caso del general Jhon Jairo Rojas, quien denunció que la institución le fabricó pruebas para expulsarlo. Estas revelaciones han generado una profunda desconfianza en la comunidad militar y han puesto en entredicho la integridad de la inteligencia militar.

Adicionalmente, se ha conocido que la inteligencia militar ha estado afectada por la falta de personal en cargos clave. El Estado Mayor del Ejército, responsable de operaciones militares de alto calibre, se encuentra actualmente sin oficiales titulares. Esta situación compromete la logística, contratación, planificación y ejecución de las operaciones militares, así como la atención a las necesidades básicas de las tropas y sus familias, que superan el medio millón de personas.

En resumen, la crisis en la inteligencia militar y los recientes cambios en el Ejército generan preocupación en la opinión pública y plantean interrogantes sobre la transparencia y la eficacia de las operaciones militares en el país. La necesidad de restablecer la confianza y garantizar la idoneidad de los oficiales en cargos clave se convierte en una tarea imperativa para las autoridades competentes.