Ilegales en Estados Unidos: No todos quieren que sean expulsados

La inmigración ilegal es un tema que toca a todos los estadounidenses y afecta a algunos más que a otros, sin embargo, no todos se alinean con la política de Donald Trump de expulsar a los inmigrantes ilegales del país.

Estados Unidos se ha formado como un lugar de inmigrantes, esa ha sido su constitución desde que se erigió como nación porque sus principios se fundamentan en la creación de un país que acoge a quienes quieren ser libres y que provienen de cualquier lugar del mundo, o cuando menos eso sucedía hace más de 200 años.

Una encuesta con opiniones divididas

Una encuesta realizada por el centro independiente Pew Research Center indica que el 32% de los adultos en los Estados Unidos cree que todos los inmigrantes ilegales deben ser expulsados, mientras que solo el 16% considera que ninguno debería ser deportado.

La opinión más común es que el 51% otorgue un respaldo a que al menos algunos inmigrantes ilegales sean expulsados, sin embargo, no hay consenso sobre los factores que deberían determinar la deportación.

En este 51% los encuestados consideran que se debe realizar la deportación de todos los que hayan cometido crímenes violentos, no obstante, algunos también consideran que sin importar la clase de crimen o delito deben ser expulsados del país.

En el sondeo apenas un 9% apoya la deportación de los dreamers, es decir, aquellos inmigrantes hijos que llegaron niños a los Estados Unidos y que han vivido la mayor parte de su vida en este país, pero que todavía no cuentan con la ciudadanía estadounidense y que gozan de algunos beneficios, los cuales la administración de Donald Trump quiere recortar como el programa DACA.

Los Estados Unidos se encuentra dividido frente al tema migratorio, hay quienes apoyan la deportación de todo inmigrante indocumentado sin importar si ha cometido delitos o crímenes, mientras que otros creen que deben frenarse las deportaciones porque afectan, no solo a la economía del país, sino también es una cuestión de Derechos Humanos que está consagrada en la Constitución estadounidense, la cual permite el ingreso de extranjeros porque la nación tiene una condición de país de puertas abiertas.