John Castles: un hasta siempre para uno de los monstruos del arte colombiano

Uno de los llamados monstruos del arte contemporáneo en Colombia partió para un lugar en donde se dice se encuentran la musa y la inspiración, quizás emprendió un viaje hacia lo etéreo, aquel lugar en el que todas las cosas surgen, o quizás al espacio en el que seres celestiales acogen a quien no puede evadir el fin por su condición de mortal.

John Castles dejó de existir, pero a diferencia de los mortales corrientes, su nombre se mantendrá por muchos años gracias a su obra, considerada como revolucionaria y sublime, digna de quien está ungido por el talento y la creatividad.

Escultor barranquillero nacido en 1946, John Castles es un nombre contundente en el arte colombiano porque sus obras en hierro perduran gracias a que siempre, y a pesar de los años, siguen rompiendo el molde y también rompen marcas por sus características especiales, las que en una época parecían de otro lugar y no propias de un ambiente tropical en donde no había espacio para complicarse, porque de hecho la vida ya era complicada.

Un grande del arte

John Castles es uno considerado uno de los grandes del arte abstracto colombiano y sus obras no solo son reconocidas, valoradas y casi veneradas en Colombia, sino también en el mundo, debido a que están llenas de imaginación y personalidad sin igual, porque las obras tienen alma y conciencia.

Algunas de las obras más representativas de este autor son las escaleras del Museo de Arte del Banco de la República y la escultura a la entrada de la caja de compensación Compensar en la avenida 68, ambas en la ciudad de Bogotá, la fría urbe que escogió para desarrollar un arte con espíritu de elevada temperatura.

John Castles perteneció al grupo de los monstruos del arte colombiano que conformaban Ramírez Villamizar, Carlos Rojas, Feliza Burzstyn y Édgar Negret. Castles era el de menor edad de esta selecta agrupación, pero poseía una calidad artística y humana que todos admiraban. 

“John Castles es el escultor más relevante de Colombia en las últimas décadas. No hay esculturas en el panorama del arte nacional que puedan compararse con su obra en términos tanto de osadía como mesura, y tanto de sutileza como de presencia”, indicó el crítico Eduardo Serrano.

Castles tiene obras en el exterior, como la del Banco Itau en San Diego, siempre fue discreto y no se consideraba genio, pero era un hombre con acento paisa por su juventud en Medellín y una gran amabilidad y sapiencia.

El arte pierde a uno de sus grandes exponentes y las nuevas generaciones deben conocer la obra de John Castles, un compendio de arte e imaginación pura a la altura de los más grandes del mundo.