Cáncer infantil: la señal inesperada que llevó a una madre a descubrir la enfermedad de su hija
Tras recibir el diagnóstico de cáncer infantil, la menor ha tenido que atravesar varias sesiones de quimioterapia y tratamientos.

Tras recibir el diagnóstico de cáncer infantil, la menor ha tenido que atravesar varias sesiones de quimioterapia y tratamientos.
El cáncer es una de las principales causas de mortalidad tanto en la adultez, como en la infancia y la adolescencia. Según cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS), se calcula que cada año unos 400,000 niños y adolescentes son diagnosticados con cáncer infantil a nivel global.
Los tipos de cáncer infantil más comunes son las leucemias (cáncer en la sangre), los tumores cerebrales, los linfomas y tumores sólidos como el neuroblastoma y los tumores de Wilms.
Estos tipos de cáncer suelen ser difíciles de diagnosticar en etapas tempranas, dado que los síntomas de alarma no se presentan en sus fases iniciales. Por ello, los profesionales de la salud recomiendan a los padres estar muy atentos a cualquier señal de alerta o cambio en los infantes.
En fechas recientes se dio a conocer el caso de una menor de casi dos años que fue diagnosticada con cáncer infantil luego de que su madre identificara un síntoma raro: la menor sufría ronquidos nocturnos. Se trata de María Helena, una niña de un año y siete meses que fue diagnosticada con linfoma de células T, un tipo de cáncer que afecta a los linfocitos T, esenciales para el sistema inmunológico.
Según el relato de la madre de María Helena, Gisele Rabelo, una noche comenzó a escuchar ronquidos inusuales provenientes de su bebé mientras dormía. “Cuando estaba despierta, parecía estar bien y normal, pero cuando dormía, tenía dificultad para respirar, lo que le provocaba ronquidos muy fuertes".
En ese momento, Gisele no le prestó mucha importancia a este síntoma; sin embargo, a los pocos días observó un bulto en el pecho de su hija que la alarmó. “Le apareció un bulto en la región trapecio, cerca del cuello”, señaló.
“Hoy sabemos que el engrosamiento de su cuello no se debía a un simple cambio en su cuerpo debido al crecimiento o al aumento de peso, sino a la propagación de los tumores, pero no teníamos ni idea de qué estaba sucediendo", explicó.
La menor fue llevada de inmediato a urgencias; no obstante, los exámenes iniciales no revelaron nada concreto. Tras varios análisis los médicos pudieron identificar qué María tenía cáncer infantil.
“Ese día, una mezcla de sentimientos me invadió: impotencia e ignorancia de lo que vendría, pero, sobrenaturalmente, fue el día en que el Señor me fortaleció, porque toda la aflicción y el miedo se transformaron en fe. Sabía que ella me necesitaría mucho y tenía la plena convicción de que Dios tenía el control y nos acompañaría en esta batalla hasta la victoria", destacó Gisele.
Tras recibir el diagnóstico, la pequeña tuvo que someterse a varios tratamientos y sesiones de quimioterapia. Por fortuna, su cuerpo respondió favorablemente y logró la remisión. "En todas las pruebas que se le han realizado, los resultados siempre han sido positivos. Hoy, su cáncer está en remisión. María Helena ha tenido una vitalidad y una fuerza que sorprende y contagia a todos”, concluyó la madre.