Ángela Maldonado, colombiana ganadora de grandes premios mundiales en conservación natural

En Colombia dedicarse a la conservación ambiental no solo es difícil, sino peligroso, pues no es ningún secreto que el país encabeza la lista de los países del mundo en donde trabajar en la protección de la naturaleza en todas sus manifestaciones representa poner en juego la propia vida.

Ángela Maldonado es una mujer amante de la naturaleza, pero sobre todo valiente, inteligente y muy dedicada, ella no tiene obstáculos para continuar protegiendo la naturaleza en el país, que, aunque muy diversa, se encuentra realmente amenazada, y de no comenzar a trabajar en ello, especialmente con políticas de Estado, pronto la biodiversidad será solo un recuerdo.

La conservacionista colombiana, formada en la Universidad de Oxford Brookes en Inglaterra, decidió crear la fundación Entrópika, centrada en trabajar por la protección de especies animales en la región Amazónica en la que confluyen las fronteras de Colombia, Brasil y Perú.

Maldonado es administradora de empresas, pero los números y las fórmulas no fueron lo suyo, pero el amor por los animales fue creciendo desde que rescató en 1993 un moco churuco y a partir de aquel entonces supo que quería entregar su esfuerzo y dedicación a la protección de las especies.

El mono churuco rescatado por Ángela es una de las especies más grandes de los primates americanos y se pueden encontrar en el sur de Venezuela y las selvas amazónicas de Colombia, Brasil y Perú.

Con la experiencia de haber rescatado un mono, Ángela Maldonado se fue para Inglaterra a estudiar una maestría en Conservación de primates y un doctorado en Antropología y Conservación, y al regresar al país, se dedicó con su fundación Entrópika a trabajar en favor de las especies en el Parque Nacional Amacayacú en el Amazonas colombiano.

Maldonado trabajó en el Vaupés, pero la difícil situación de seguridad en la zona la obligó a establecerse en el Amazonas, y desde allí ha sido testigo de que el tráfico de especies, la cacería comercial y la captura de primates para la experimentación biomédica son los principales riesgos para las especies.

Angélica ha tenido que soportar las amenazas y la intimidación de personas a las que su trabajo de conservación resulta molesto, pero ella sigue adelante con mucho valor, tenacidad y amor por los animales, sin ningún apoyo del Ministerio del Ambiente, que, en lugar de ayudar, entorpece la tarea de los ambientalistas.

En el 2010 Ángela Maldonado recibió el premio Whitley, un galardón de una entidad del Reino Unido que reconoce el trabajo de ambientalistas en el mundo, y en el 2020, fue la ganadora del premio Buffett de National Geographic por su liderazgo en la conservación de las especies.

Esta conservacionista colombiana cuenta con gran reconocimiento en el mundo por su labor y si contáramos con más personas como ella y un apoyo estatal, la protección a las especies se haría mayor y más efectiva.