Por: María Andrea Suárez • Colombia.com

España, un país de inmigrantes: ¿Cómo es su regularización?

38.103 inmigrantes ingresaron al país de forma irregular entre el 1 de enero y el 30 de noviembre de 2021, de acuerdo con el Informe sobre Migración Global 2022.

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Foto: María Andrea Suárez
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38.103 inmigrantes ingresaron al país de forma irregular entre el 1 de enero y el 30 de noviembre de 2021, de acuerdo con el Informe sobre Migración Global 2022.

España entró en el top 10 de los países receptores de inmigrantes, de acuerdo con el Informe sobre Migración Global 2022, un reporte bianual de la Organización Internacional de Migración (OIM), dependiente de la ONU.

Este documento, que actualiza los datos sobre migración internacional, señala que el país está un puesto arriba del decimoprimer lugar que registró en 2020 e indica que, durante los últimos dos años, el número de llegadas subió un 23%.

De acuerdo con esa información, se suma un total de 6,6 millones de inmigrantes internacionales viviendo en España, que conforman el 14,6% de la población total del país. Estos datos superan los de naciones como Estados Unidos, que registran un 13,1% de personas inmigrantes.

A estas cifras se suma estudio adelantado por el Ministerio del Interior, que contabiliza la llegada irregular de 38.103 migrantes a España entre el 1 de enero y el 30 de noviembre de 2021, lo que representa un incremento del 2% en el mismo periodo que el año pasado, cuando fueron 37.350.

La cartera agregó que en noviembre de 2021 llegaron al país, de forma irregular, un total de 3.760 migrantes, siendo este el cuarto mes con mayor número de ingresos del año por detrás de septiembre con al menos 8.200 arribos, octubre con 5.600 y agosto con más de 3.900.

Del total de ingresos que se han registrado en España, en lo que van del año, un 95,4% se han producido por vía marítima (36.379) y, de ellas, más de la mitad (54,6%) lo han hecho a través de la ruta canaria, es decir, 19.865 migrantes, lo que muestra un incremento del 0,5%.

De hecho, está vía es la preferida por las mafias para trasladar inmigrantes de manera irregular desde África (Marruecos, Mauritania, Senegal) hasta España y es considerada como la ruta más mortífera por ser muy larga y transcurrir sobre aguas poco estables y con fuertes mareas.

Según indica la OIM, en lo corrido del año, 1.255 personas han fallecido al intentar entrar a España desde las diferentes rutas marítimas de inmigración irregular que conducen al país desde África. Sin embargo, tres de cada cuatro corresponden a Canarias, siendo estas las cifras más altas desde que la organización comenzó a recopilar estos registros en 2014.

El documento señala que, entre las víctimas mortales o desaparecidos en lo que va de 2021, hay registro de 248 mujeres (221 en la Ruta Canaria) y 99 niños (83 en Canarias).

Entre tanto, las llegadas a Baleares y la costa peninsular española también incrementaron en un 1,8% con respecto a los 11 primeros meses del año pasado, es decir, en 2021 han entrado 15.893 migrantes, mientras que en 2020 llegaron 15.610 en el mismo periodo de tiempo.

No obstante, llama la atención que el arribo irregular de personas a España crece, mientras que el número de embarcaciones bajó, esto teniendo en cuenta que en lo que va de 2021 se ha registrado la llegada de 492 barcazas frente a las 650 de 2020. Esto explicaría que las pateras entraron al país con mayor número de personas respecto al año anterior.

Foto: María Andrea Suárez
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Cifras de migrantes en 2020

El Instituto Nacional de Estadística de España (INE) está a pocos días de entregar los datos oficiales de llegada de población migrante al territorio nacional. El último informe de este tipo fue publicado por esa entidad el pasado 1 de enero de 2021 y contiene los registros de los 12 meses de 2020.

En dicho documento, el INE indica que la población de España aumentó en 61.609 personas durante 2020 y se situó en 47.394.223 habitantes a 1 de enero de 2021, siendo Illes Balears, Región de Murcia y Canarias, los lugares que más experimentaron este crecimiento con (0,72%), (0,55%) y (0,33%), respectivamente.

El crecimiento poblacional se debió al incremento de la población de nacionalidad extranjera, la cual aumentó en 149.011 personas durante 2020, hasta un total de 5.375.917 al primer día de este año.

De acuerdo con el INE, los mayores incrementos se dieron en la población colombiana (36.726 más), venezolana (22.018) y marroquí (15.221), mientras que los mayores descensos en la de Rumanía (–7.132), Ecuador (–5.293) y Bulgaria (–1.831).

Asimismo, la nacionalidad colombiana fue la predominante en la llegada de inmigrantes extranjeros con 51.067, seguida por la marroquí (44.720) y la venezolana (29.448). Entre tanto, las nacionalidades de emigrantes más numerosas fueron la rumana (26.073 salidas), la marroquí (17.671) y la británica (13.293).

Foto: María Andrea Suárez
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¿Cómo son los procesos de regularización de migrantes?
 
Si bien se registra un considerable flujo de entrada de migrantes a España, en su mayoría de forma irregular, el proceso para legalizar su estadía y cumplir el llamado “sueño europeo” puede requerir de años y extenuantes procesos jurídicos.

En el país existen distintas vías para que los extranjeros logren conseguir la residencia en el país, básicamente, a través de los distintos procesos de arraigo. Estos son:

Arraigo social

Este es el método de regularización más frecuente y habitual. En este proceso, el extranjero puede conseguir su permiso de residencia en España por circunstancias excepcionales, siempre y cuando, cumpla con los siguientes requisitos:

  • Lleve viviendo en España durante tres años seguidos, hecho que puede comprobarse a través de su padrón o con otras pruebas como facturas de luz, facturas de compra, entre otras.
  • Haya conseguido un trabajo laboral en España.
  • Consiga un certificado de integración social o tenga algún tipo de vínculo familiar en el país, pueden ser, padres, hijos o cónyuge.

Arraigo laboral y familiar

Al igual que el arraigo social, es necesario llevar viviendo dos años consecutivos en España de forma irregular. Sin embargo, los requisitos para acceder a la residencia legal por este proceso son más exigentes y complicados.

Con el arraigo laboral es indispensable haber trabajado, como mínimo, seis meses en el país de forma irregular y, además, denunciar al empleador por haber realizado esta actividad ilícita. En ese sentido, el Gobierno español otorga como “recompensa” la residencia por circunstancias excepcionales.

Cabe mencionar que esta opción no es muy habitual principalmente por el vínculo existente entre el empleador y el trabajador, por lo cual, los migrantes descartan este tipo de regularización y buscan otro tipo de facilidades para legalizar su estadía en España.

Con respecto al arraigo familiar, se puede tramitar este tipo de proceso en el caso de que el migrante sea padre o madre de un menor de edad nacido en España o sea hijo de un ciudadano español de origen.

Tarjeta comunitaria y asilo político

Esta opción es válida cuando los padres o pareja del migrante tienen nacionalidad europea. Esta tarjeta permite al interesado vivir y trabajar en España durante cinco años y es una de las opciones más frecuentes para aquellas personas cuyo conyugué es europeo.

Entre tanto, el asilo político es una forma para acogerse a la autorización de residencia por protección internacional, por lo cual, las personas procedentes de países con problemas políticos graves, pueden aplicar a este tipo de regularización.

De hecho, hay una nacionalidad en particular a la que se les suele conceder el permiso de permanencia por razones humanitarias: los venezolanos. No obstante, la solicitud de asilo político, en muchos casos, será denegada por parte de las autoridades españolas.

De acuerdo con la abogada ejerciente, Ariadna Arbulu, la residencia en España se suele denegar por parte de Extranjería porque la persona que la solicita no cuenta con los medios económicos suficientes para valerse por sí mismo.

“Ten en cuenta que, cualquier residencia o cualquier estancia que el Estado español te otorgue, asume que tú tienes los medios para mantenerte y no suponer una carga para el Gobierno. Por lo tanto, una de las mayores causas para la negación son los medios económicos”, señaló.

De igual manera, la experta indica que el tiempo de regularización en cada caso varia según la comunidad autónoma en la que se radique, pues explicó que cada uno de estos territorios tiene la potestad en cuanto a desarrollo de los documentos de extranjería.

En las grandes ciudades suele tardar muchísimo. En cuanto a los arraigos, la media actualmente es de siete meses y en las pequeñas, depende, normalmente suelen respetar el plazo legal que, por norma general, son tres meses”, afirmó Arbulu.

Con respecto al costo que podría tener cada uno de los procesos de regularización, la abogada indicó que esto depende de cada profesional con el que se lleve a cabo.

“En la abogacía tenemos independencia, cada uno decide sus honorarios. Si que es verdad que los arraigos, por ejemplo, no son trámites del todo sencillos si se hacen bien. Por lo tanto, yo creo que un costo medio de 300 euros es adecuado”, afirmó.

Finalmente, Ariadna Arbulu se refirió a la solicitud de ciudadanía española. Dijo que, suponiendo que la persona ya cumple con el requisito de residencia que la ley le exige, por norma general podría acceder a este beneficio al cumplir los 10 años de vivir en España de manera legal.

Sin embargo, explicó que, excepcionalmente, para los migrantes de países iberoamericanos podría ser de dos años. “No se hace diferencia en cuanto a la procedencia de extranjeros, todos, una vez cumplen la residencia legal y uno que otro requisito, pueden solicitar la nacionalidad”, aseguró.

Además, afirmó que en 2015 el Ministerio de Justicia les notificó a los abogados que las personas que soliciten esto, a través de la plataforma que la cartera dispone, tendrán un año para resolver y notificar la nacionalidad.

“Esto no se cumple, si que hay casos excepcionales que salen en poquitos meses, pero es algo residual y no es lo típico”, concluyó.

Voces de migrantes que viven en España

Los cientos de inmigrantes llegados a España son conscientes de que el camino que tienen por delante, sin “papeles”, no será fácil. Sin embargo, algunos de ellos han logrado, de una manera u otra, conseguir la regularización o se encuentran en trámites para lograrlo.

Para dar a conocer algunas de las historias de estas personas, hemos consultado los testimonios de dos mujeres extranjeras que actualmente viven en Madrid, una de ellas ya consiguió la nacionalidad, mientras que la otra se encuentra en su proceso de legalización. Estos son sus testimonios:

Johanna, Venezuela

Johanna, una mujer venezolana de 32 años y cuyo nombre fue cambiado en este reportaje por petición de la fuente, llegó a Madrid el pasado 20 de febrero de 2020, tan sólo unos días antes de que se decretara cuarentena por la pandemia de la COVID-19 y tras varios años por fuera de su amado país.

Johanna vivió un año y medio en Perú, pero también debió salir de dicha nación porque los venezolanos estaban cometiendo delitos, uno de los más graves y sonados fue el asesinato de varios ciudadanos de ese país. “La cosa se puso feísima”, relató.

En ese momento, contó cómo su tío decidió brindarle el apoyo para venir a España al suministrarle el dinero para los tiquetes aéreos y el pago de una renta por más de seis meses, cuando la pandemia obligó al país a confinarse para reducir los contagios y fallecimientos por el virus.

Johanna indicó que su llegada a España fue “fácil” ya que, a la hora de pasar los controles migratorios en el aeropuerto de Barajas, no le hicieron muchas preguntas sobré cuál era el propósito de su viaje.

“Llegué y me preguntaron ¿Cuánto tiempo se queda?, contesté que cinco días para hacer un curso y me selló el pasaporte por 60 días”, afirmó la joven, quien también contó cómo fue su solicitud de asilo político por su nacionalidad venezolana y por una situación que sucedió con su hermano.

“Mi hermano pasó un fin de semana en un comando de la Guardia Civil, simplemente por estar donde no debía, porque no estaba incitando a la violencia”, indicó al recordar que su familiar estaba cerca de una manifestación en contra de la elección de Nicolás Maduro en los comicios de 2018.

Johanna afirmó que escribió eso en la carta de solicitud de asilo político y en la entrevista que tuvo, para obtener la residencia por ese proceso, afirmó que “no iba a esperar a estar presa por el régimen para salir de Venezuela”.

La joven señaló que al salir de esta diligencia le entregaron una “carta blanca”, la cual le daba permiso de permanecer en el país por seis meses, pero no le daba el aval para trabajar. No obstante, en ese tiempo, laboró en el cuidado de un adulto mayor y fue ayudante de cocina en un restaurante para “ganarse la vida”, pero de forma irregular.

Tras pasar el periodo de tiempo, Johanna se enteró que le fue denegado el asilo político pero que fue aprobada su residencia por canales humanitarios. Relató que consiguió la cita para la toma de huellas hasta tres meses después y le fue entregada su tarjeta un mes después de este último trámite.

Finalmente, afirmó que aspira pedir la nacionalidad el año entrante tras renovar por tercera vez su documento de residencia. “Me dijeron, no he averiguado si es verdad o no, que los venezolanos, luego de que se les venza la segunda tarjeta, ya pueden pedir la nacionalidad”, concluyó.

María del Carmen Yáñez, Colombia

María del Carmen Yáñez Medina, una colombiana de 40 años, contó que llegó a España por una convocatoria del Servicio Nacional de Aprendizaje (SENA), entidad educativa de su país que ofrecía la oportunidad de venir a Europa a trabajar como dependienta en el grupo VIPS, mecanismo por el cual también vino el padre de su hijo un año antes de su llegada.

La colombiana afirma que sus primeros días en España realizó la formación en la empresa, la cual duró una semana, y resaltó que está se encargó de todos sus trámites legales como solicitar el visado, abrir su cuenta bancaria para la nómina, la gestión para la tarjeta de residencia por medio de Extranjería y recursos humanos, entre otras cosas.

“Hasta el tiempo que estuve allí, siempre que yo tenía que renovar mi tarjeta de residencia, ellos asumían las tasas que pagaba la empresa, yo solamente pagaba las mías”, aseveró, recordando que estuvo trabajando para esa compañía durante ocho años.

De igual manera, contó que a los dos años de haber llegado presentó su documentación para solicitar la nacionalidad. Para ello, tuvo que ir al Registro Civil, hacer filas enormes y prestar la documentación que pedían las autoridades como el contrato de trabajo, padrón, registro de nóminas, etc.

“El proceso se tarda, por lo menos, tres años como mínimo. Sin embargo, mientras tú la vas solicitado, tienes que ir renovando tu tarjeta de residencia”, aclaró y dijo que recibir la nacionalidad es como “volver a nacer” porque te dan un nuevo registro civil en España.

María del Carmen es madre de Sebastián, un joven de 19 años. Para venir a España, tuvo que dejar a su hijo en la ciudad de Neiva, en Colombia, uno de los momentos más difíciles de su proceso. No obstante, fue por poco tiempo, pues duró tan sólo ocho meses lejos de su entonces hijo de cinco años y medio de edad.

El pequeño llegó a España gracias al proceso de reagrupación familiar que realizó su padre, trámite que no se demoró mucho, pues él ya llevaba un año residiendo en Barcelona y lo realizó por medio de un abogado especializado en Extranjería.

Sin embargo, María del Carmen afirmó que esto no siempre termina en un final feliz para todos los migrantes que desean traer a sus familiares a vivir “el sueño europeo”.

“Yo conozco gente que les cuesta más este proceso, gente que vino conmigo aquí por medio del SENA y tuvieron que regresarse a Colombia porque no pudieron hacer la reagrupación familiar de su esposa y sus hijos”, puntualizó.

Se puede concluir, con la recolección de datos y los testimonios de estas dos inmigrantes que, aunque largo y complejo, los recién llegados a España tienen una luz al final del túnel para alcanzar la legalidad.

Además, según afirma Charles Kenny, investigador del Centro para el Desarrollo Global en Washington, España necesitará la mano de obra de casi siete millones más de inmigrantes en las próximas tres décadas para mitigar el envejecimiento de la sociedad.