Delicias gastronómicas durante la cuaresma: Trucos para hacer buñuelos de viento
En cuaresma, los buñuelos de viento conquistan paladares con su tradición y sabores únicos.
En cuaresma, los buñuelos de viento conquistan paladares con su tradición y sabores únicos.
A pesar de que han pasado solo unos días desde que inició el año 2024, parece que los días van a toda velocidad, pues el 14 de febrero se da inicio a la Cuaresma o miércoles de Ceniza, donde algunos platos gastronómicos son reconocidos durante esta temporada.
Los buñuelos de viento son reconocidos especialmente de España en las celebraciones de Todos los Santos y otras fiestas religiosas que se festejan durante el año como Semana Santa. Esta preparación tiene como base harina de trigo, manteca y huevos para luego ser freídos en aceite caliente.
Se les conoce como "de viento" debido al tamaño que toman al ser freídos y aunque hay quienes no agregan nada en su interior, hay un tipo de buñuelos en forma de bola y especialmente ligeros que se llaman buñuelos de viento, por su ligereza y porque suelen contener grandes burbujas de aire dentro y hay otras tradiciones que añaden variedades de salsas o dulces como la nata, crema pastelera, chocolate y chantillí, convirtiendo así este plato en un delicioso postre ideal para la merienda del día.
En cuanto a su historia, estos son de origen árabe, pero han sido elaborados en España desde el siglo X y desde esta época se han servido para épocas con fines religiosos, además de España, México también cuenta con estos buñuelos de viento, pero estos se elabora con harina de maíz y se aromatizan con licor de anís.
Entre los trucos para que esta preparación queden en su punto ideal está:
- Mezclar muy bien los ingredientes hasta que queden integrados en una masa
- Un error es que estos pasen demasiado tiempo en el fuego, pues esto hace que el contenido se evapore demasiado y las proporciones se distorsionen.
- La temperatura del aceite es lo más importante, ya que si está demasiado frío, los buñuelos no flotarán, no crecerán y se corre el riesgo que se llenen de aceite, por ende, el aceite debe mantenerse a una temperatura óptima de 170 °C para garantizar que los buñuelos no solo floten, sino que también aumenten su tamaño y adquieran un color dorado adecuado.
- Otro truco para su correcta preparación es utilizar dos cucharas con las que se coge trozos de masa para armar los buñuelos, por ende luego de armarlos se introduce las dos cucharas en el aceite para que su masa no se quede pegada y sea más sencillo mantener la forma de los buñuelos.