Día Mundial del Algodón: Una producción agrícola que ayuda a millones de familias
La producción de algodón representa un gran porcentaje de ingreso a las familias agricultoras y a Colombia.

La producción de algodón representa un gran porcentaje de ingreso a las familias agricultoras y a Colombia.
El algodón hace parte de uno de los cultivos que contribuir a las economías de Colombia, donde albergan alrededor de 24 millones de pequeños agricultores y trabajadores, donde la mitad de ellos son mujeres.
El algodón es la segunda fibra más grande en volumen, después del poliéster, y representa aproximadamente el 80% de la producción mundial de fibras naturales. Se estima que alrededor del 80% del algodón se usa en prendas de vestir, el 15% del uso se encuentra en los accesorios del hogar y el 5% restante corresponde principalmente a aplicaciones no tejidas, como filtros y material de relleno.
Debido a esto, la producción del algodón es importante para diferentes industrias del país; en cuanto a su cultivo, este se da en zonas tropicales y subtropicales, especialmente en temporadas secas. Por su parte, en Latinoamérica, este proceso lleva varios años, donde las familias agricultoras del algodón aportan un porcentaje de ingresos, que mejoran la calidad de vida y la seguridad alimentaria.
Según cifras del Mercado Financiero Mundial (ICE) son 32,6 millones de hectáreas de algodón en el mundo, de las cuales 2,1 millones fueron en América Latina y el Caribe, entregando más de 3 millones de toneladas de fibra de algodón, equivalente al 12% del algodón producido en el planeta, desde el 2023. Cerca del 80% de esta producción latinoamericana, corresponde a la categoría de algodón sostenible.
Hoy, 7 de octubre se celebra el Día Mundial del Algodón donde historias como las de Eduvin y Alix, una pareja de agricultores familiares indígenas de la etnia Pijao, que junto a su hijo Armando, se dedican al cultivo del algodón, han marcado, pues han dado a conocer cómo el intercambio de conocimientos, las nuevas prácticas agrícolas y la cooperación entre países pueden contribuir para una mejor producción y una vida mejor para las familias rurales.
En su finca en Coyaima, ubicada a casi 200 kilómetros de la capital Bogotá, la familia Timote Chila cultiva el algodón como sinónimo del rescate de una tradición ancestral, donde las técnicas agrícolas pasaban de generación en generación, en un pasado donde este cultivo era considerado el “oro blanco”.