¿Frisby 2.0? Pony Malta también está peleando por un plagio de su marca en España
Pony Malta, al igual que Frisby, está peleando contra empresarios españoles por el presunto plagio de su marca. Esto es lo que se sabe.

Pony Malta, al igual que Frisby, está peleando contra empresarios españoles por el presunto plagio de su marca. Esto es lo que se sabe.
Después de la controversia que involucra a la cadena de restaurantes Frisby por el uso de su marca en España, ahora es Pony Malta la que entra en el radar por una disputa similar. La reconocida bebida colombiana, propiedad de Bavaria, podría perder el derecho a usar su identidad visual en ese país si prospera una solicitud de registro presentada por un tercero.
Según confirmó Bavaria a El Espectador, en 2024 una persona identificada como Carlos Alberto Rendón, residente en Barcelona (España), solicitó ante la Oficina Española de Patentes y Marcas (OEPM) el registro de una marca prácticamente idéntica a Pony Malta. La petición incluye no solo el nombre, sino también elementos gráficos clave como el icónico caballo, la tipografía y la paleta de colores que caracterizan al producto desde hace más de 70 años.
La cervecera alemana-colombiana ya reaccionó legalmente. En diciembre del año pasado, Bavaria presentó una oposición formal ante la OEPM, respaldada por el registro previo de su marca nominativa en la Unión Europea. De prosperar la solicitud del ciudadano español, la compañía podría enfrentar restricciones para comercializar la bebida bajo su imagen original en territorio europeo.
¿En España no tienen creatividad?
Casos como este revelan una problemática cada vez más frecuente: el registro anticipado de marcas ajenas en otros países. En el caso de Frisby, las autoridades españolas concedieron el uso de la marca a una empresa local por no existir un registro previo. La legislación europea otorga prioridad al primer solicitante, aunque esto no impide que se presenten demandas por plagio o competencia desleal.
El abogado experto en propiedad intelectual, Julián Sánchez, explicó que “las identidades marcarias están protegidas por los derechos de autor, por lo que cualquier copia de un logo, tipografía, diseños de empaque, colores corporativos o cualquier otro distintivo que implique un esfuerzo creativo se configura como plagio”.
Además, existe la posibilidad de alegar un aprovechamiento indebido de reputación ajena. Marcas como Pony Malta y Frisby han sido construidas durante décadas en Colombia y podrían tener reconocimiento en el mercado español, especialmente entre la numerosa comunidad colombiana residente en ese país, que se estima cercana al millón de personas.
Por ahora, la OEPM deberá decidir si acepta la oposición presentada por Bavaria o permite el avance del registro solicitado en España. Mientras tanto, la alerta sobre la protección de marcas colombianas en el exterior vuelve a estar sobre la mesa.