Por: Stephanny Pinzón • Colombia.com

La deserción escolar, el nuevo desafío de la educación en Colombia

La falta de oportunidades podría estar afectando la motivación para que los jóvenes y niños asistan a las instituciones de educación, por lo que la situación podría influir en que opten por abandonar los estudios para dedicarse a trabajos.

Niño estudiando. Foto: Pixabay
Niño estudiando. Foto: Pixabay

La falta de oportunidades podría estar afectando la motivación para que los jóvenes y niños asistan a las instituciones de educación, por lo que la situación podría influir en que opten por abandonar los estudios para dedicarse a trabajos.

El panorama en temas de educación es preocupante, el informe de pobreza multidimensional publicado por el DANE, reveló que el indicador de inasistencia escolar registró un incremento de 13,7 puntos porcentuales a nivel nacional pasando de 2,7% en 2019 a 16,4% en 2020. En las zonas rurales el incremento fue de 25,5 puntos porcentuales. En ese sentido, United Way Colombia, se refirió a la alarmante situación y señaló algunos aspectos que estarían generando el aumento de la deserción escolar. 

Según lo destacan, la falta de oportunidades podría estar afectando la motivación. Frente a ello, La unidad sostuvo lo siguiente:

“Históricamente, las brechas en a educación en Colombia han estado especialmente marcadas por las diferencias entre dos opuestos: educación público vs privado y la educación en zonas rurales o urbanas. La crisis causada por el COVID-19 no solo puso en evidencia estas brechas, sino que las agudizó y uno de los desafíos importantes de la educación es la deserción escolar.”

De acuerdo con su información, la reapertura de los colegios tuvo un ritmo diferente en el ámbito público y en el privado, precisando que existía una brecha entre los recursos y capacidades de estos dos, lo cual lleva a una mayor facilidad para gestionar los cambios de infraestructura y los protocolos necesarios desde el sector privado.

Agregan que muchas de las instituciones educativas de carácter privado contaban con recursos para implementar modelos mixtos en donde una parte de los alumnos estudian desde casa, mientras que otros lo hacen en el aula de manera simultánea.

No obstante, esa modalidad no fue tan fácil de implementar en el sector público, que presenta enormes rezagos en la apropiación de herramientas tecnológicas para favorecer los aprendizajes de los estudiantes, y que requirió de grandes inversiones para asegurar el distanciamiento social y reducir el aforo al 35% de la capacidad instalada del aula.

Es preciso mencionar que, mientras que algunos estudiantes de los colegios ubicados en las grandes ciudades pudieron continuar con su proceso de aprendizaje mediante plataformas virtuales, la mayoría de los alumnos en zonas rurales o en hogares con bajos recursos, la conectividad marcó interrupciones en sus procesos educativos. 

La capacidad que tuvieron las diferentes instituciones educativas para afrontar los desafíos ocasionados por la pandemia es desigual, pues depende de los recursos con los que cuentan en cuanto a infraestructura, personal, capacidad de inversión, y conectividad, entre otros.

“Para sumarle al contexto complejo, están la falta de oportunidades, de herramientas tecnológicas y de habilidades socioemocionales que pueden afectar la motivación de los niños y jóvenes en la educación. Esto puede influir en que opten por abandonar los estudios para dedicarse a trabajos no cualificados desde temprana edad”, explicó Cristina Gutiérrez de Piñeres, directora de United Way Colombia.

Asimismo, Gutiérrez de Piñeres, señaló que las instituciones educativas y las secretarías de educación tienen que identificar los casos de deserción, es decir, no solo hacer la medición numérica de cuántos niños desertan, sino identificar exactamente quién es cada uno y las razones por las cuales dejaron de estudiar, para así poder hacer un seguimiento.

Un estudio sobre “Causales de deserción” del 2019 realizado por la Fundación United Way y la Universidad de los Andes se encontró que se dividen en tres categorías: condiciones familiares, condiciones individuales y características institucionales.

  • Condiciones individuales se encuentran: ingreso tardío a la educación, pérdida de cursos, paso de la primaria a la secundaria y bajas expectativas de formación postsecundaria. 
  • Condiciones institucionales: se evidencian la distancia, infraestructura, calidad del cuerpo docente, falta de grado 11, articulación con la educación superior, falta de jornada única y discontinuidad en la oferta de cursos.
  • Condiciones familiares, dentro de las cuales se resaltan: nivel educativo de los padres y problemas económicos en el hogar que en muchas ocasiones termina generando el trabajo infantil.

“En la medida en que la reactivación de las actividades escolares se realice con buenas condiciones institucionales y ayude a mitigar las posibles causas de deserción asociadas a los factores individuales enlistados, esta reactivación debería disminuir la deserción escolar”, precisó Cristina Gutiérrez de Piñeres.

También advirtió que existen otras causales como la inseguridad de las zonas donde se ubican las instituciones educativas, generando problemas de convivencia entre los estudiantes, haciéndolos sentir inseguros; y no solo eso, pues cabe resaltar que con el regreso a las aulas, se han registrado varios casos de Bullying y acoso escolar por parte de los mismos compañeros. 

Finalmente, desde de la Fundación United Way, ratificaron su compromiso para realizar un trabajo integrado con todos los actores involucrados en el proceso de su educación que permita crear herramientas para la continuidad escolar.

Información suministrada por United Way Colombia