Cuatro recomendaciones que debes conocer si tu niño consumió dulces en exceso
La época de Halloween siempre es una oportunidad para que los niños puedan caracterizarse del personaje que más le gusta o consumir algún alimento deseado, entre ellos los apetecidos dulces sin embargo se debe tener precaución con la cantidad.
La época de Halloween siempre es una oportunidad para que los niños puedan caracterizarse del personaje que más le gusta o consumir algún alimento deseado, entre ellos los apetecidos dulces sin embargo se debe tener precaución con la cantidad.
Después de dos años de pandemia, muchas familias se preparan para celebrar Halloween, para que los más pequeños de casa salgan de la rutina, se diviertan disfrazándose de su personaje favorito y consuman dulces y postres criollos. Esta es una fecha en la que parece inevitable caer en la tentación y se termina consumiendo azúcares por encima de lo adecuado.
La Dra. Claudia Ugarte Taboada, médico pediatra y docente Medicina de la Universidad Continental señala “En el caso de los menores de 2 años, se debe evitar todos los azúcares añadidos. Entre los 2 y los 3 años, los niños no deben ingerir más de 15 gramos de azúcar al día. Desde los 4 hasta los 14 años, el límite es de 25 gramos diarios, es decir, 5 a 6 cucharaditas”.
Agregando “No obstante, estas celebraciones son una ocasión particular y, por ello, es necesario conocer qué medidas pueden neutralizar los síntomas como la hiperactividad y la falta de sueño en los más pequeños del hogar”.
En ese sentido, la especialista brinda cuatro recomendaciones para que los padres de familia, tutores o responsables de un niño o niña deben tener en cuenta en caso el menor haya ingerido un exceso de dulces y azúcares en la noche de brujas:
1. Racionar o limitar los dulces que fueron entregados a los niños: No permitir que ingieran todos los dulces sino limitar su ingesta y distribuirlos a lo largo del tiempo, tratando de ir sustituyéndolos por alimentos saludables como frutas.
2. Consumir abundante agua: Como bebida para saciar la sed de los niños, NO dar bebidas azucaradas o gaseosas.
3. Realizar actividad física: Una de las formas más rápidas y efectivas para controlar la glucosa es haciendo actividad física, por lo menos, durante media hora. Esta práctica aumentará la sensibilidad a la insulina en el menor y permitirá que los músculos tomen esa azúcar para transformarla en energía.
4. Quitar las harinas y carbohidratos de la próxima comida: Para evitar que los niveles de glucemia sigan aumentando en los niños y niñas, se deben eliminar todos los hidratos de carbono de la comida posterior al exceso de dulces. La cena debe ser a base de proteínas y verduras, y se eliminan alimentos como el pan, el arroz blanco y las papas.
5. Comer un alimento con grandes fuentes de proteínas: Una de las principales consecuencias de tomar grandes cantidades de azúcar es que después de disparar sus niveles en la sangre, bajan de forma brusca y ocasionan una enorme ansiedad por comer. Por ello, la especialista recomienda consumir un alimento rico en proteínas una vez se sienta esa sensación.